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Principales articulaciones del cuerpo humano

El ser humano, cuyo cuerpo es un maravilloso diseño de ingeniería natural, está hecho para moverse. De hecho el grado de movilidad es indicativo del estado de salud y también...

El ser humano, cuyo cuerpo es un maravilloso diseño de ingeniería natural, está hecho para moverse. De hecho el grado de movilidad es indicativo del estado de salud y también de la edad de cada uno de nosotros.

El movimiento también tiene una influencia directa sobre la salud: si no nos movemos lo suficiente nuestros músculos y articulaciones se atrofian. Con los órganos y vísceras internas ocurre otro tanto, así como con nuestro sistema nervioso. 

Dependiendo de cómo y cuánto nos movamos, nuestro cuerpo se beneficiará o por el contrario  saldrá perjudicado. Los beneficios del movimiento son muchos, y gran parte de la responsabilidad de que nos movamos es de nuestras articulaciones. Sin ellas, que son el punto de unión entre hueso y cartílago o entre dos huesos, sería imposible el movimiento. 

El cuidado adecuado de nuestras articulaciones es fundamental, ya que están sometidas a una presión constante así como a riesgos de lesión por los movimientos cotidianos. De hecho casi un 90% de la población en España se quejan de dolor en las articulaciones en alguna ocasión.

La probabilidad de sufrir dolor en las articulaciones aumenta con la edad, con el sobrepeso y con la práctica deportiva. De todas las articulaciones la más vulnerable al dolor y lesiones es la de la rodilla, ya que absorbe todo el peso del cuerpo y debe soportar fuerzas adicionales como correr o saltar. Otras articulaciones que suelen ser más dolorosas que el resto son las de los dedos de las manos, las caderas, los tobillos y los hombros, todas ellas articulaciones móviles.

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Tipos de articulaciones y sus particularidades

También existen articulaciones que no son móviles sino fijas, como las de los huesos de cráneo. Aún así su función es esencial para proteger adecuadamente el encéfalo y permitir su crecimiento desde la infancia. De hecho, del total de 360 articulaciones del cuerpo humano, 86 de ellas se localizan en el cráneo. El resto se distribuyen así: 76 articulaciones en la columna vertebral pelvis,  66 en el tórax, 6 en la garganta, 32 en cada una de nuestras extremidades superiores y 31 en cada una de nuestras extremidades inferiores.  

Las articulaciones fundamentales son las llamadas móviles, ubicadas en la cadera y los hombros, permitiéndonos realizar movimientos en todas direcciones, también llamados “movimientos libres”. Las articulaciones bisagra son las que nos permiten realizar movimientos en una sola dirección: se encuentran en codos, rodillas y dedos de manos y pies.

Las articulaciones pivote son las que únicamente permiten movimiento de rotación: las vértebras del cuello. Y las articulaciones deslizantes se mueven separadas por distancias muy pequeñas, tal y como se aprecia en huesos de tobillos y muñecas

Las dos categorías generales de las articulaciones son:

  • Articulaciones sinoviales: aquellas en las que los elementos esqueléticos quedan separados por una cavidad. Son las articulaciones por excelencia, las móviles,  y están recubiertas por una cápsula articular en cuyo interior se produce el líquido sinovial. Este líquido tiene la función de lubrificar y reducir la fricción en los impactos.
  • Articulaciones sólidas: aquellas en las que no existe cavidad y los componentes se mantienen unidos por tejido conjuntivo. Nos aportan integridad estructural y un movimiento minúsculo.

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Cómo identificar el dolor de las articulaciones

Cuando se produce dolor articular suele ir unido a la rigidez, inflamación y sensibilidad a la palpación. Las principales causas del dolor articular son la artrosis, los esguinces y las lesiones o fracturas. También hay factores de riesgo como la predisposición genética, la obesidad o las intervenciones quirúrgicas previas

El exceso de práctica deportiva también es un factor de riesgo en ocasiones difícil de medir o controlar, por ello los deportistas deben tomar precauciones complementarias para proteger su sistema articular. 

En todos los casos, los complementos para las articulaciones como el colágeno, que puede enriquecerse con magnesio, tienen un eficaz efecto protector sobre las articulaciones. Se ha comprobado que la ingesta habitual de colágeno disminuye el dolor articular, previene lesiones y acelera el tiempo de recuperación si ya lesión ya se ha producido. 

Partiendo de la base de que es el médico quien debe realizar el diagnóstico oportuno, sí hay una serie de señales que nos pueden hacer identificar el dolor articular.

Hay que empezar por conocer los puntos dolorosos en los que suele manifestarse: el cuello, la zona lumbar, la cadera, el dedo pulgar en concreto o el resto de los dedos de la mano, la rodilla y el dedo gordo del pie. Cuando hay molestias en alguna de esas zonas, y se pertenece a uno de los grupos de riesgo comentados, es muy posible que se trate de dolor articular. 

Los síntomas de las lesiones articulares, aunque dependen de la localización de la articulación y el grado de lesión, se reconocen por el dolor, la hinchazón, la rigidez o la dificultad para mover la zona afectada

En algunos casos, especialmente en el caso de los deportistas, los síntomas de la lesión articular pueden requerir tratamiento médico y rehabilitación, además que de la lógica interrupción temporal de la práctica deportiva. 

Por este motivo el factor prevención cobra especial importancia para evitar problemas futuros en las articulaciones.  La incorporación de suplementos de colágeno en la dieta, sumada a los buenos hábitos en la alimentación, así como entrenamiento y calentamiento adecuados en el caso de los deportistas, es la mejor garantía para la buen estado de las articulaciones. Y de ahí ahí a la libertad de movimientos, solo habrá un paso.

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